viernes, 19 de diciembre de 2008

Día de perros

Día de perros, David Jasso.
Hegemón Ediciones, Zaragoza
2008, 270 páginas



Roberto Malo



David Jasso
(Zaragoza, 1961), tras publicar dos de las mejores novelas de terror de los últimos tiempos, “La silla” (Equipo Sirius, 2006), una impactante y magistral novela minimalista, digna del mejor Stephen King, y “Cazador de mentiras” (Jaguar, 2007), escrita a cuatro manos con Santiago Eximeno, en la que los estilos de los dos autores se fundían de manera prodigiosa, consiguiendo un novelón apabullante, en todos los sentidos, ahora, un año y pico después, nos regala su tercera novela, “Día de perros” (Hegemón, 2008), un gran paso adelante en su trayectoria literaria y la primera obra que no es propiamente de terror. Si bien nos encontramos con momentos terroríficos y angustiosos, marca de la casa (a Jasso le tira lo oscuro, desde luego), se trata de una novela de suspense, de género negro, un thriller realista ambientado en la Zaragoza del año 2010.

La historia te atrapa desde el prólogo, sumergiéndote literalmente en la trama, y ya no te suelta hasta el final. Te ves impelido a pasar página tras página sin remedio. El ritmo es trepidante; no te da ni un respiro. Los personajes están perfectamente perfilados, tanto los adolescentes como los adultos; hasta el perro está estupendo, vaya. La novela, como reza en la contracubierta, es como una película de los Coen; es como “Fargo”, pero en Zaragoza. Un secuestro que se convierte en una gran tragedia. De algún modo, de principio a fin pende la sensación de inevitable fatalidad, de la que no se puede escapar de ninguna manera. En su estructura se alterna la primera persona del muchacho protagonista con la tercera persona para que así lleguemos a ver todos los puntos de vista de la acción. Es una novela muy visual, muy gráfica, sería relativamente fácil convertirla en una gran película, con los mejores ingredientes posibles: hay humor, amor, amistad, aventuras y tensión. El final, como no podía ser de otra manera, es demoledor, y además cuenta con un “epílogo-nota a la segunda edición” verdaderamente genial, que te hace replantear toda la historia. David Jasso demuestra con creces que es todo un maestro, un narrador nato, logrando una gran novela juvenil para adultos.

Por otro lado, la ilustración de la portada de Cuca Baquero es muy acertada y elegante, con esa nueva Zaragoza recortándose tras los chavales protagonistas, y la cuidada edición del libro convierte a Hegemón en una editorial de primera división.

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